AGITADORAS

PORTADA

AGITANDO

CONTACTO

NOSOTROS

     

ISSN 1989-4163

NUMERO 28 - DICIEMBRE 2011

Cerdos

Carmen Andreu

Edulterio Pérez Pérez, de una remota aldea al sur de los Pirineos, discutió con su vecino, amigo desde la infancia, por unos cerdos perdidos que los dos creían suyos. La discusión se alargó y queriendo y sin querer se insultaron y agredieron.

No querían denunciar, seguirían siendo amigos.

Pero fueron a curarse al médico de un pueblo próximo, quien comunicó los hechos al juzgado competente.

Este resultó ser el de otra aldea rival, precisamente la misma en la que los discutidos cerdos habían aparecido.

El titular del juzgado era el propio carnicero.

Como Edulterio y su amigo no le dieron importancia, no hicieron gestión alguna para renunciar a todo y archivar el contencioso, que ya no eran sus lesiones, eran los mismos cerdos por los que discutieran, en poder del carnicero hasta tanto se aclarara a quién le pertenecían.

Para resolver el hecho se señaló para juicio.

La sala pequeña y cutre no era lo que esperaban, el juez vestía una bata que parecía un disfraz.

Ninguno se interesó por insultos o agresiones. Edulterio Pérez Pérez y su amigo de la aldea ¡ ni recordaban siquiera cómo pudo suceder ! El juez  se centró en los cerdos. “Era preciso saber con absoluta certeza de quien eran esos cerdos, ya que de lo contrario, todos en esa aldea se apropiaban lo encontrado”.

No llegaron a saberlo y Edulterio Pérez Pérez y su amigo de la infancia aceptaron ese robo por ser un juez quien lo dijo y de la aldea rival, pero quisieron saber quién iba a ser su dueño por haberlos encontrado.

El juez sin rubor alguno, aclaró que eran de él, ya que los encontró.

Cuando volvieron a casa contaron a sus vecinos lo que había sucedido: "Ese Juez es un cabrón, nos dejó “vitrificados”. Vestía una bata negra que dijo se llama toga, adornada con puntillas a las que llaman puñetas, y al decir que no hubo pruebas se estaba garantizando la propiedad de los cerdos".

 

Cerdos

 

 

 

 

 

@ Agitadoras.com 2011